Monólogo 1.

Su amor…

Su amor me descubrió desnuda, de espíritu Y de alma, me descubrió entre el fango, harapienta, sucia de mundo, sola de estado natural, y torpe, como solo a él le parecen atractivas. su amor me descubrió en brasas, y aun así su amor encontró la forma de habitar, de moldear con arcilla mi espalda, y volverla lisa, como yo la quería. su amor no come de mentiras o verdades, su amor trasparente como el río me atraviesa cual filoso metal, y ha encontrado la forma de quedarse y hacer de mi pecho su hogar, su amor es cálido, e imperfecto, su amor es dulce, y su amor me mira de frente, me enfrenta, me reta, me pone al borde del abismo, su amor me quiere fuerte, me besa fuerte, con la energía que genera su amor comemos el yo… y el mundo si quisiéramos. Compartimos la comida con la naturalidad de una madre y, hemos encontrado la forma, él y yo, de admirar al mundo de cerca y maravillarnos de su inmensidad, mientras lo analizamos en profundidad él y yo nos guardamos con recelo, reservamos lo intelectual para nuestras conversaciones nocturnas, y los chistes para el café de las 4:00. Nos gusta mirarnos de frente sin decir nada, solo por el vicio  de vernos las pupilas dilatadas, somos unos locos orgullosos de nuestra novedad, nos gusta presumir que nos amamos, y aun así presumimos también de mucha humildad, nos gusta debatirnos todo, nos hacemos tediosas las tardes, pero siempre tenemos de que hablar. Amamos besarnos, hacer muecas y descubrir nuevas voces monstruosas para uso habitual, amamos el sonido, escuchar música, hacer música, nos gusta el arte, somos apasionados, sentimos de formas que consideramos no siente todo el mundo, nos gustan los acertijos, y decirnos que tenemos un regalo para el otro sin decir cuál es, nos gusta la espera, nos gusta darnos detalles inútiles, juntos somos como niños, aficionados, aprendices de la vida, amamos estar acompañados el uno del otro, nos consideramos familia, nos gusta pensar que seremos él y yo, por siempre y para toda la eternidad.